
Soy, a la muerte, lo que al mar el río.
Corriente irreversible que en cascada
al seno del dolor, desde la nada,
desciende como un canto a lo sombrío.
Y soy la muerte misma, el desvarío,
la muerte por la muerte desbancada,
aquello sin nacer, que ha muerto en cada
palabra traicionera en que confío.
¿Qué buscas, ilusión, conmigo ahora
si muero en una esquina de la muerte
de tanta confusión devastadora?
¿Qué puedo yo de sueños ofrecerte
si el espantoso mar que me devora
no me deja dormir, ni que despierte?
Corriente irreversible que en cascada
al seno del dolor, desde la nada,
desciende como un canto a lo sombrío.
Y soy la muerte misma, el desvarío,
la muerte por la muerte desbancada,
aquello sin nacer, que ha muerto en cada
palabra traicionera en que confío.
¿Qué buscas, ilusión, conmigo ahora
si muero en una esquina de la muerte
de tanta confusión devastadora?
¿Qué puedo yo de sueños ofrecerte
si el espantoso mar que me devora
no me deja dormir, ni que despierte?
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